Entre enero y febrero se procesaron 239.936 toneladas de oleaginosas en las industrias. Es decir, se registró una caída de 43 % en relación al mismo periodo del 2022. Desde la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro), estiman que el 2023 será otro año complejo para las aceiteras locales.
Según la Cappro, en febrero las industrias trabajaron con un ritmo más cercano al normal, con más de 224.000 toneladas procesadas. No obstante, este volumen fue inferior al industrializado durante el mismo periodo en cuatro de los cinco años anteriores.
En su informe mensual, el gremio menciona que las condiciones climáticas retrasaron el periodo habitual de la cosecha, situación que explica la diferencia interanual significativa.
Con respecto a la soja en particular, desde la cámara señalan que se superó el mal comienzo registrado en el 2021, cuando las condiciones climáticas también causaron un retraso en la cosecha.
En contrapartida, la industrialización de otros granos continúa dinámica. En este sentido, destacan la canola, con un procesamiento cercano a las 17.000 toneladas durante el primer bimestre del 2023, que es el mejor registro desde lo alcanzado en el 2015.
Año complejo
Por lo observado durante los dos primeros meses, y la dura sequía que afectó a la producción agrícola argentina, desde la Cappro consideran que el 2023 será, de nuevo, un año complejo para la industria aceitera local.
La importante caída de la producción en Argentina se expresará en mayor presión para las plantas locales. Según estimaciones de la cámara, las exportaciones de granos de soja al vecino país podrían llegar a las 5.000.000 de toneladas. De alcanzar esta cifra, la situación podría ser similar a la experimentada entre el 2018 y el 2021, años en que las fábricas argentinas procesaron más soja paraguaya que las propias industrias nacionales.