Milciades Chilavert, pequeño productor de San Pedro del Ycuamandyyú, compartió su experiencia en la agricultura mecanizada, que desarrolla en compañía de sus hijos desde hace varios años. Fue durante el Congreso de la Innovación 2022, organizado por la Federación de Cooperativas de la Producción (Fecoprod) la semana pasada.
En primer lugar, recordó que la agricultura extensiva no tenía la aprobación de todos en San Pedro; e incluso, las autoridades del departamento les dieron la espalda a los agricultores que querían optar por la mecanización. Por ello, acudieron a la Unión de Gremios de la Producción (UGP), gremio que hasta hoy en día les brinda su apoyo.
Chilavert contó que trabaja con dos de sus tres hijos, con los que desarrolla una extensión de 40 hectáreas en la colonia Barbero de San Pedro del Ycuamandyyú. En esta superficie tienen sus vacas y un área de 30 hectáreas es la que destinan a la agricultura mecanizada. “Estamos muy contentos con el cultivo extensivo, porque es rápido, y todo resulta mejor. Anteriormente sufríamos mucho en la chacra”, recuerda.
Mencionó que plantan soja y maíz, que son los dos rubros a los que comenzaron a dedicarse con exclusividad en los últimos años. En ese sentido, señaló que rotan entre estos dos cultivos, ya que apuntar íntegramente a uno solo no ofrece buenos resultados. “Antes no teníamos esa educación. Ahora ya tenemos esos conocimientos y estamos coordinados”, destacó.
Dificultades
La preparación del terreno es uno de los principales obstáculos que tienen los pequeños agricultores. Al respecto, Milciades Chilavert recordó que tiempo atrás se dedicaba al cultivo de algodón, y que también optó por rubros como el sésamo o la chía. Como estos dejaron de ser alternativas rentables para los productores, comenzaron a ver que otros paraguayos se especializaban en el cultivo extensivo de soja y maíz, por lo que decidieron probar. “Empezamos con 5 hectáreas, después subimos a 10 hectáreas. Con nuestras manos destroncábamos para preparar la parcela, y cada vez que sobraba un poco, invertíamos para incorporar maquinarias y fuimos creciendo”, comentó.
En la actualidad, Don Milciades y sus hijos brindan servicios de siembra de soja y pulverización a unas 200 hectáreas. “Nuestras 40 hectáreas ya nos quedan chicas, por eso mantenemos unas 200 hectáreas, de nuestros amigos y vecinos, a quienes sembramos y controlamos la producción. Después de la cosecha, ellos nos pagan. De esa forma nos ayudamos y crecemos”, dijo.
Costo de producción
Con respecto al costo de producción de soja para un pequeño productor, señaló que para él y sus hijos ya es más flexible, porque cuentan con las herramientas necesarias. Sin embargo, aquel que todavía no cuenta con las máquinas para desarrollar su parcela tiene una inversión más elevada. No obstante, señaló que el precio es de G. 1.600.000 a 2.000.000 por hectárea. “Si logramos 2.000 kilos por hectárea, el gasto ya está salvado. Al sacar 3.000 a 4.000 kilos por hectárea, es grande la ganancia que obtiene el productor. Además, ni siquiera tiene que mover su azada. Solo ya se va a mirar su chacra y ve que es grande la diferencia”, afirmó.
Variedades Sojapar
Por otra parte, Chilavert comentó que reciben asesoramiento técnico de profesionales del Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio), y que la presenta campaña es la tercera consecutiva en la que apuestan por las variedades de soja de Sojapar. En la primera ocasión, los rendimientos que tuvieron con los materiales Sojapar fueron de 3.500 a 4.000 kilos por hectárea.
Durante la zafra pasada, la parcela fue muy afectada por la sequía, y los rendimientos de soja fueron ínfimos. Igualmente, en la zafriña lograron muy buena producción de maíz, afirmó.
