Tras las sequía y temperaturas altas extremas, el sector agrícola argentino sufrió las consecuencias de las bajas temperaturas que se registraron durante esta semana. Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la soja de segunda y los cultivos sembrados en ambientes limitantes serían los más afectados por las bajas térmicas.
De acuerdo al informe de la BCR, en la región núcleo del vecino país las lluvias acumuladas apenas alcanzaron entre el 10 % y el 50 % de los valores medios mensuales. Además, en febrero se registraron la temperatura máxima más alta y la mínima más baja para este mes de los últimos 60 años. Ante este escenario, la soja de segunda y los cultivos sembrados en ambientes limitantes serían los más afectados por las bajas térmicas.
Todavía es apresurado para cuantificar el impacto de las bajas térmicas sobre los cultivos. No obstante, es posible que exista un daño subclínico que aún no se observa, señalan en el informe. Además, mencionan que el efecto varía de lote a lote, en especial por las fechas de siembra, el estado del cultivo y la altitud de las parcelas.
Por otra parte, se estima que el impacto no sería tan grave, aunque afirman que claramente será otro factor que va a incidir en los rendimientos finales. Además, recuerdan que el problema de base para los cultivos es la fuerte sequía. En ese sentido, en el reporte señalan que en un año normal estas bajas térmicas no representarían un problema, más allá de causar una mínima pérdida de hojas superiores y algún nudo.
La intensa seca afectó, en especial, a la soja. Por lo tanto, señalan que, de no llover en los próximos 10 días, se podrían perder todos los lotes de la oleaginosa.
