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Buen clima impulsa el trigo en Alto Paraná y los productores refuerzan la vigilancia sanitaria

En el sur del departamento de Alto Paraná, los cultivos de trigo avanzan con buenas perspectivas hacia la etapa productiva, tras cerrar su fase vegetativa que fue favorecida por condiciones climáticas ideales.

Las lluvias recientes jugaron un papel clave en el desarrollo de las plantas, lo que genera optimismo entre los agricultores para un cierre positivo de las campañas de invierno. El ingeniero agrónomo Rubén Sanabria, productor de la zona, expresó que el agricultor está aplicando todos los cuidados necesarios y tiene esperanza de lograr buenos rendimientos, aunque el área de siembra se redujo.

Pese al buen panorama general, Sanabria comentó que se detectaron enfermedades y la presencia de pulgones en algunos cultivos. Sin embargo, aseguró que se realiza un monitoreo constante y que cuentan con las herramientas para prevenir impactos significativos. El clima fresco y frío actual, beneficia al cultivo, porque también ayuda a mantener el control de estas amenazas.

Se estima que la cosecha comenzará entre finales de agosto y primeros días de septiembre. En un contexto marcado por la disminución de las superficie de siembra a nivel nacional y daños por heladas en algunas zonas, los productores intensifican los cuidados, conscientes de que la oferta de trigo este año será limitada.

Precios

Este escenario anticipa una posible mejora en los precios por parte de los molineros. Incluso, ya se registraron las primeras visitas de empresas brasileñas interesadas en adquirir el trigo nacional, lo que puede dinamizar más el mercado.

Sanabria subrayó la importancia del trigo, tanto para consumo interno como para la economía rural. “El trigo es un cultivo estratégico. Si no se le presta atención, el productor se desanima y destina su tiempo y recursos a otras opciones”.

Señaló que uno de los principales factores que desalientan la siembra es la inestabilidad de los precios, porque generalmente se ofrecen buenos valores al inicio pero tienden a caer al momento de la cosecha. Esta situación llevó a muchos productores a optar por el maíz zafriña, que ofrece mejores rendimientos y favorece el suelo con sistemas de rotación.

Innovación genética para un trigo más resiliente

El Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio) lleva adelante desde hace dos años un programa de mejoramiento genético del trigo, con el objetivo de desarrollar variedades más adaptadas a las condiciones del país.

El proyecto incluye la cruza de progenitores y ensayos en diferentes fechas de siembra para evaluar su evolución. También se analizan variedades por su respuesta frente a enfermedades, plagas, sequía, altas temperaturas y su rendimiento, así como su adaptabilidad al sistema molinero nacional.

Estas innovaciones no solo buscan mejorar la productividad y garantizar la seguridad alimentaria, sino también promover prácticas agrícolas más sostenibles. La reducción del uso de defensivos agrícolas y el mejor manejo de los recursos naturales como el agua y el suelo son beneficios clave del programa.

 

Fuente: UGP  

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