Investigadores del Departamento de Entomología de la Facultad de Agricultura, Ciencias de la Vida y del Medio Ambiente de la Universidad de Arizona, Estados Unidos, revelaron una nueva base genética de resistencia de plagas agrícolas a los cultivos. Para ello, utilizaron la genómica para la investigación de los cambios genéticos que causan resistencia a los cultivos transgénicos en poblaciones de campo del gusano del algodón o Helicoverpa zea.
Mediante la investigación, descubrieron que, en esta plaga, la resistencia desarrollada en el campo no estaba asociada a ninguno de los 20 genes previamente implicados en la resistencia a las proteínas que matan plagas en los cultivos biotecnológicos.
El jefe del departamento de entomología y autor principal de este trabajo, Bruce Tabashnik, afirmó que el gusano cogollero del maíz es una de las plagas más desafiantes del mundo, en términos de su capacidad para desarrollar rápidamente resistencia a los cultivos genéticamente modificados.
Explicó que, durante el desarrollo del estudio, identificaron 20 genes que albergan mutaciones que contienen resistencia a las proteínas que matan plagas en base a trabajos previos con las cepas seleccionadas en laboratorio del gusano cogollero del maíz. Así también, poblaciones de campo resistentes y cepas de laboratorio de otras plagas de lepidópteros. “Llamamos a estos 20 genes “los sospechosos habituales”. Contrariamente a nuestras expectativas, al buscar al culpable de la resistencia desarrollada en el campo del gusano cogollero del maíz, ninguno de los sospechosos habituales fue el culpable”, dijo.
Nueva herramienta en la guerra contra las plagas
Los investigadores manifestaron, además, que para protegerse del gusano cogollero del maíz y de otras plagas importantes, como orugas y escarabajos, fueron modificadas genéticamente plantas de cultivos para la producción de proteínas de la bacteria común Bacillus thuringiensis o Bt.
A diferencia de los insecticidas de amplio espectro, las proteínas Bt son activas contra relativamente pocas especies de insectos. Mientras que los insecticidas de amplio espectro son venenosos para los nervios, las proteínas Bt pueden ejercer toxicidad sólo si se ingieren y posteriormente se unen a receptores intestinales específicos, que están ausentes en la mayoría de las especies que no son plagas, incluidos humanos.
Por su eficacia y seguridad, los cultivos Bt son utilizados en docenas de países en más de un cuarto de billón de acres cada año. En Estados Unidos, en el año 2024 las variedades Bt representaron el 86% del maíz y el 90 % del algodón sembrado. Sin embargo, la evolución de la resistencia de plagas como el gusano cogollero del maíz redujo los beneficios de los cultivos Bt.
El gusano cogollero es una de las plagas de mayor importancia económica en Estados Unidos, ya que genera cientos de millones de dólares en daños y costos anuales. Ataca una amplia variedad de cultivos, incluidos el maíz, algodón, soja y el tomate.
Fuente: Universidad de Arizona News