Esta semana, en la Cámara de Diputados, fue sancionado el proyecto de ley “De los créditos de Carbono”, que ahora pasa al Poder Ejecutivo para su promulgación o veto. Con el objetivo de conocer un poco más sobre este mecanismo, nos comunicamos con el Ing. Agr. Marcelo Insaurralde, de Desde el Suelo S.A., empresa dedicada a la gestión agropecuaria y que en la actualidad cuenta con dos programas de carbono bien específicos para el sector.
En conversación con Diario Campo, el Ing. Agr. Marcelo Insaurralde explicó en qué consiste este instrumento y cómo puede beneficiar al productor. En primer lugar, señaló que las denominaciones crédito o bono de carbono se refieren a un esquema de certificación, que para participar exige una metodología que establece cómo y qué medir, los criterios, entre otros aspectos. Posteriormente, se pasa por una auditoría a cargo de un órgano internacional. “Recién ahí se convierte en un crédito o bono de carbono. Es decir, se debe pasar por un proceso de certificación robusto, muy bien validado”.
Asimismo, comentó que un crédito de carbono es el equivalente a una tonelada de dióxido de carbono. El bono se puede generar al evitar, reducir o capturar. Para este último caso, mencionó como ejemplo los sistemas ganaderos pastoriles que, por el ciclo biológico, atrapan dióxido de carbono de la atmósfera a través de las pasturas. A este sector va dirigida una de las propuestas que plantea la firma, con el programa Carbono Rural.
Además, Desde el Suelo cuenta con el programa Panambi, un proyecto orientado a la certificación de bonos mediante la conservación de bosques. Es decir, en este caso el crédito de carbono se emite por la superficie que el productor decide no desmontar de forma voluntaria. “Es decir, teniendo el permiso de desmonte, opta por conservar. Ese es el mérito”, agregó.
La empresa, a través de sus programas, se encarga de comercializar los proyectos que se generan en Paraguay en el mercado internacional. Para ello tiene como aliada a la compañía de origen suizo Ecosecurities, que hace más de 25 años se desempeña en el mercado de carbono.
Igualmente, mencionó que los bonos son adquiridos por empresas que necesitan compensar su huella de carbono. “Salen al mundo a buscar proyectos que generan créditos de carbono, o directamente buscan a intermediarios como Ecosecurities, que ofrece créditos de carbono de calidad. El resultado de esa venta pasa en efectivo al productor o propietario”, explicó.
Cotización de los bonos
En la actualidad, en el mercado voluntario el precio referencial de un crédito de carbono se encuentra entre USD 10 y USD 18. No obstante, se estima que para el 2030 el precio estaría entre USD 20 y USD 40. “La demanda por los créditos de carbono va creciendo, esa es la tendencia”.
De acuerdo con un estudio impulsado por CREA Paraguay, en el que también participó la firma Desde el Suelo, se midió el potencial de la captura de carbono en los suelos de los sistemas ganaderos. Según los hallazgos de este trabajo, se puede generar entre dos y tres créditos de carbono por hectárea al año, mencionó Insaurralde.
Más allá de ser una propuesta para generar rentabilidad, es un incentivo. En ese sentido, recordó que el objetivo del productor es mejorar la eficiencia en su campo y producir más kilos de carne por hectárea. Para ello, implementa las buenas prácticas, optimiza el pastoreo y la rotación, en busca de generar mejores condiciones de suelo, que permite la captura del dióxido de carbono de la atmósfera. “Esa práctica se certifica y se vende en el mercado internacional. No es para volverse rico de la noche a la mañana, pero es un incentivo que se obtiene por añadidura”.
Por otro lado, mencionó que la generación de bonos mediante la conservación de bosques depende de la zona. Es decir, un bosque seco no genera la misma cantidad que uno húmedo. Igualmente, señaló que es posible generar entre 14 y 20 créditos por hectárea al año.
Propuesta de negocio
Con respecto a los programas que ofrece Desde el Suelo en el mercado local, explicó que la propuesta que se plantea al productor es un negocio conjunto. Es decir, la firma se encarga del desarrollo del proyecto y del costo. “Posteriormente, el 55 % de todos los créditos que se generen son para el propietario del campo, y el 45 % para nosotros”, señaló
Además, mencionó que la empresa cubre el costo de elevar la calidad del crédito con el sello Clima, Comunidad y Biodiversidad. Por último, agregó que el modelo de negocio apunta a propietarios que tengan a partir de 3000 hectáreas elegibles y que la propuesta comercial plantea un trabajo conjunto de 10 años.