El valor de los descuentos aplicados a los productores en el momento en que comercializan sus granos de soja, operación conocida como “premio”, es tema sensible en el sector. Sin embargo, no existen muchas estrategias para contrarrestar esta situación, más allá de aprovechar los momentos propicios para negociar.
Durante la última campaña de soja (2022-2023), muchos agricultores expresaron su malestar por el elevado valor de los descuentos en el momento de entregar sus granos. Karsten Friedrichsen, vicepresidente de la Asociación de Productores de Soja, Oleaginosas y Cereales del Paraguay (APS), señaló que este es un tema muy sensible, y muchas veces conflictivo cuando perjudica al productor.
“A partir de abril, cuando la súper zafra brasileña comenzó a ocupar espacios logísticos de Paraguay, que estaban originalmente previstos para la soja paraguaya, el premio comenzó a subir de una forma muy acentuada”, explicó.
Además, mencionó la condición coyuntural del premio. Es decir, está sujeto a la oferta y demanda. Por lo tanto, es poco lo que el productor pueda hacer. “Hay que aprovechar los buenos momentos y, tal vez, no hacer negocios cuando el premio es muy negativo desde el punto de vista del productor”, manifestó.
Por otro lado, recordó que Paraguay tuvo un excelente momento de ofertar, entre los meses de diciembre y febrero, e incluso hasta marzo. “Algunos no llegaron a vender su producto, y después se encontraron con un escenario poco favorable. Pero eso volverá a ajustarse. El control de ese premio está en manos del mercado, y creo que hay que dejar que el mercado se oriente. Cuando hay mucha oferta o demanda por el transporte, ellos van a manejar ese aspecto conforme a las reglas del mercado”, consideró.
