Entre el jueves 20 y viernes 21 de julio se desarrolló el I Simposio Internacional de Siembra Directa. Durante el evento organizado por la Universidad San Carlos (USC) y la Federación Paraguaya de Siembra Directa para una Agricultura Sustentable (Fepasidias), plantearon diversos aspectos de interés actual para el sector agrícola local y regional.
El Ing. Agr. Ademir Calegari, consultor internacional e investigador Senior del Instituto de Desarrollo Rural de Paraná (Iapar), fue uno de los varios reconocidos especialistas que participaron como disertantes en el simposio, donde habló sobre el uso adecuado de abonos verdes: su interacción y equilibrio con los organismos del suelo.
En primer lugar, señaló que los diversos sistemas de producción requieren un diagnóstico de calidad, para saber cuáles son las limitaciones. Es decir, es necesario identificar las falencias. Entre los problemas que se podrían encontrar, mencionó la compactación, la necesidad de calcio y profundidad, un desequilibrio entre los macronutrientes y micronutrientes, la presencia de alta población de nematodos de distintas especies, o enfermedades radiculares (Fusarium, Esclerotinia, Rhizotonia, entre otras).
Con el problema identificado, se podrá ver dónde encajar los abonos verdes en el sistema de producción. En ese sentido, señaló que lo ideal es emplear una mezcla de plantas, con cuatro, seis, ocho o diez especies. “Lo mínimo es usar cuatro de diferentes familias de plantas que tengan diferentes efectos”, recomendó.
Además, indicó que las plantas deben ser escogidas de acuerdo al clima, la distribución de lluvias y el tipo de suelo. Del mismo modo, el uso está relacionado a los desafíos en la unidad productiva. “Por ejemplo, una crotalaria mucronata, un nabo forrajero o un lupino, que tienen raíces fuertes y pivotantes, sirven para descompactar; si necesitamos nitrógeno podemos meter una leguminosa; si requerimos potasio usamos milleto”, detalló.
Secuestro de carbono
El uso conjunto de plantas de cobertura, la rotación, una mayor biodiversidad, y los activos biológicos adecuadamente elegidos permitirán aumentar el potencial productivo. “Ahí vamos conseguir más humedad, mayor infiltración, y consecuentemente mayor potencial de secuestro de carbono”, sostuvo.
Recordó que al aumentar la materia orgánica se logra mantener la humedad y un equilibrio en el suelo. Ese es el camino a seguir en los distintos cultivos, reiteró. Primero, un buen diagnóstico; después, la detección, planificación y uso de distintas especies. “Muchas veces, para producir más, lo que necesitamos es promocionar un equilibrio, y la propia madre naturaleza permite un equilibrio mayor, aumentar la producción y desarrollar una agricultura regenerativa, rentable y en armonía con la madre naturaleza”, concluyó.