El déficit hídrico en las principales zonas de producción agrícola genera una importante preocupación en el campo argentino. A esta situación se sumaron las últimas heladas, que impactaron en los cultivos de maíz y trigo. Con esto, se achica cada vez más la estimación de la producción para la campaña 2022-2023.
La siembra de maíz con destino de grano comercial ya cubre el 17 % de la proyección del área en Argentina. Actualmente, la falta de humedad superficial obstaculiza los trabajos en el campo y genera demoras importantes. A nivel nacional, el 50,2 % de los lotes implantados mantienen una condición hídrica entre regular y seca. Así informó ayer la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
La entidad destacó que, a pesar del escenario, las últimas lluvias recientes mejoraron la situación sobre el centro – norte de Córdoba y Santa Fe. Hasta la fecha, el 54 % de los cultivos mantiene un estado normal, mientras que gran parte de los planteos transita estadios fenológicos entre emergencia y expansión foliar.
Situación desesperante en trigo
En cuanto al cultivo de trigo, reportaron que el 12,4 % del área apta a nivel nacional está en plena etapa de floración, atravesando por un déficit hídrico y heladas tardías. El 56 % de los cultivos están en una condición hídrica entre regular y seca, mientras que el 52 % de lo implantado se encuentra en una situación regular a mala.
Sobre el centro, donde el 23 % de los cultivos transita por la floración, las heladas registradas el 8 y 9 de octubre generaron pérdidas adicionales a las inicialmente esperadas. El informe señala que un 82 % reportó una condición de entre regular a mala, y estimaciones de mermas de hasta un 50 %, con respecto a los rendimientos promedios de las últimas cinco campañas.
Por otro parte, sobre el norte de La Pampa y oeste de Buenos Aires, 2,5 de cada 10 hectáreas se encuentran en pleno espigazón, con un 43 % del área implantada en condición hídrica de entre regular a mala. La región depende de lluvias en los próximos siete días para amortiguar las mermas.
Por otra parte, sobre el sudeste del área agrícola, las frecuentes heladas junto a la falta de lluvias continúan condicionando el crecimiento de los cultivos. En tanto, el 15 % de la superficie se encuentra en espigazón, lo que anticipa pérdidas en los rendimientos.