Uno de los grandes desafíos de la producción de sésamo en Paraguay es incrementar el rendimiento promedio a través de las buenas prácticas agrícolas. Existe una demanda insatisfecha en el mercado global, por lo tanto, este sector tiene mucho espacio para crecer y desarrollar toda la cadena.
El potencial de rendimiento de sésamo en Paraguay es de 1.000 a 1.200 kilogramos por hectárea, afirmó Gilberto Ozorio, presidente de la Cámara Paraguaya de Exportadores de Sésamo (Capexse). Para ello, las condiciones climáticas deben ser favorables desde la siembra hasta la cosecha. Además, es necesario que los productores apliquen las buenas prácticas agrícolas. Es decir, ejecutar los cuidados agronómicos recomendados, como cultivar con la densidad adecuada, realizar el raleo y limpieza de la chacra, entre otros. “Hay antecedentes y varios productores que sacan ese volumen, tanto con la variedad mecanizada como con la confitera”, expresó.
No obstante, el clima puede incidir negativamente, al igual que el desconocimiento de las buenas prácticas. Por ello, para establecer los costos se considera un promedio de 500 a 550 kilogramos por hectárea. “Podemos hablar que estamos produciendo un promedio de 750 a 800 kilos por hectárea, en un escenario de clima normal. Ojalá que la información de las buenas prácticas agrícolas llegue y acompañe un buen clima para pretender ese rendimiento de 1.000 a 1.200 kilos”, señaló.
Impacto socioeconómico
Otro factor destacado por el presidente de la Capexse es la incidencia que tiene este rubro en la agricultura de pequeña escala. De acuerdo a mediciones realizadas con base a las bolsas de semillas entregadas por las empresas proveedoras, se estima que unos 35.000 pequeños productores se dedican a la siembra de sésamo confitero.
Con respecto al tamaño de las chacras, mencionó que se maneja entre 1,5 y 2 hectáreas por productor. San Pedro se ubica en primer lugar, en cuanto la superficie de cultivo. Concepción y Canindeyú se encuentran en el segundo y tercer lugar, respectivamente. Más atrás están Caaguazú, Guairá y Caazapá. En todos estos departamentos se siembra el sésamo confitero blanco; mientras que en Itapúa se cultiva el negro.
En algunas zonas del Chaco también se siembra el sésamo confitero, especialmente en comunidades indígenas y de pequeños productores. El mecanizado se centra íntegramente en el departamento de Boquerón, donde el rubro es desarrollado por las cooperativas Fernheim, Chortitzer y Neuland.
“La producción y el segmento proveedor para las empresas exportadoras es diversa. Es decir, involucra a una cantidad inmensa de gente”, manifestó.
Los acopiadores representan el otro eslabón en la cadena; y si bien muchos productores quieren evitar la intermediación, en un buen porcentaje son muy necesarios. Por ello, es importante que tengan la instrucción para colectar y manejar el producto, ya que facilitan la logística. “Es difícil llegar como empresa a 35.000 productores”, señaló.
Costo de producción
Actualmente, el costo de producción de sésamo ronda entre G. 1.200.000 y G. 1.500.000 por hectárea. Es lo que se destina para un manejo básico, sin fertilizar el suelo. En el caso de la agricultura familiar, los trabajos se realizan entre los integrantes, por lo tanto, es una ventaja cuando se analizan los costos de mano de obra. “Por eso el sésamo es muy rentable y de gran impacto socioeconómico”.
Para la campaña 2022 – 2023 esperan que la superficie de siembra tenga un crecimiento considerable. La expectativa es llegar a las 150.000 hectáreas, 100.000 hectáreas con la variedad confitera y 50.000 hectáreas con la mecanizada. Desde la Capexse recomiendan iniciar con el cultivo a partir de la segunda quincena de setiembre.