El lunes pasado, los presidentes de las regionales de la Asociación Rural del Paraguay (ARP) ofrecieron una conferencia de prensa con el objetivo de establecer una postura clara respecto a la intención de levantar la vacunación contra la fiebre aftosa. Los representantes rechazaron de manera categórica esta posibilidad. Es más, señalaron que ni siquiera se debe considerar colgar las jeringas en el contexto actual.
Mientras no existan beneficios concretos, significativos, y debidamente comprobados, el sector rechaza cualquier intento de levantar la vacunación contra la fiebre aftosa. Esta es la posición de los presidentes de las 20 regionales de la ARP, expresada explícitamente durante la conferencia de prensa brindada el 1 de septiembre en la sede del gremio, en Mariano Roque Alonso.
Entre los argumentos expuestos, destacaron que el estatus sanitario construido durante décadas es en la actualidad uno de los pilares de la economía de Paraguay. Por ello, cualquier retroceso en este sentido supone un serio riesgo para la producción ganadera, que aporta el 12 % del Producto Interno Bruto (PIB) y representa el 14 % de todo lo que el país exporta. “Un brote de fiebre aftosa significaría, no solo un golpe devastador para miles de productores, sino también para la estabilidad económica nacional, el empleo rural y la confianza internacional en nuestra carne”, reza parte del comunicado presentado por los presidentes de las regionales de la ARP.
Además, entienden que la decisión de abandonar la vacunación debe estar sustentada en un análisis técnico serio y en ventajas reales que justifiquen el riesgo que asumiría el Paraguay, por más mínimo que este sea. “Mientras tales condiciones no estén presentes, es irresponsable siquiera considerar esa posibilidad”, sentencian.
