Ante las condiciones climáticas inestables, la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) de Brasil volvió a corregir a la baja la proyección de cosecha de granos de la campaña agrícola 2023-2024 en el país vecino.
De acuerdo con la IV Encuesta de Cosecha 2023-2024 de la Conab, se espera que la campaña agrícola brasileña deje 306,4 toneladas, que de confirmarse representaría una merma de 13,5 millones de toneladas en relación a lo alcanzado en el ciclo anterior.
Entre los argumentos de esta proyección mencionan las condiciones climáticas inestables que afectan a distintas zonas productivas. En ese sentido, detallan que la región central del país vecino recibió escasas lluvias y mal distribuidas combinadas con altas temperaturas. Además, en el sur de Brasil se retrasó la siembra a causa de las intensas precipitaciones.
Con respecto a los principales cultivos, la nueva proyección de la Conab para la cosecha de soja es de 155,3 millones de toneladas. Es decir, 4,2 % menos en comparación con las expectativas iniciales, que apuntaban a 162 millones de toneladas.
También decayó la expectativa de cosecha de maíz, que ahora es de 117,6 millones de toneladas, lo que representa una reducción del 10,9 % con respecto al ciclo anterior. Sobre este punto, explican que la caída es un reflejo de una menor superficie plantada y un empeoramiento de los rendimientos esperados de los cultivos.
Trigo y arroz
Con respecto al trigo, el reporte menciona que la cosecha finalizó con una producción de 8,1 millones de toneladas. Al respecto, recordaron que hasta el inicio de la fase productiva las condiciones climáticas beneficiaron a este cultivo, por lo que las perspectivas eran de una cosecha récord, similar a la del 2022. Sin embargo, en septiembre comenzó un periodo de lluvias excesivas, que persistió hasta la cosecha, lo que provocó pérdidas de productividad.
También mencionan una situación desfavorable para el arroz. Al respecto, señalan que se estima una producción de 10,8 millones de toneladas. Igualmente, explican que los precios fueron incentivos para aumentar la superficie en algunos estados productores de este cereal, pero los retrasos en la siembra, las cantidades excesivas de lluvias o los periodos estivales en diferentes regiones, además de las dificultades en las prácticas culturales son algunas de las variables que presentan un panorama negativo.
