Tras casi desaparecer de los campos, el algodón volvió a tomar impulso en Paraguay, especialmente en el Chaco. El bajo costo de producción y la valorización de la fibra en los mercados internacionales impulsaron el crecimiento en los últimos años. Además, las inversiones en desmotadoras e hilanderías comienzan a cerrar un círculo ideal para el rubro.
Francisco Ruiz Díaz, viceministro de Industria del Ministerio de Industria y Comercio (MIC), mediante una entrevista para Diario Campo, detalló los dos principales factores que favorecieron el renacer de este rubro, que décadas atrás llegó a ser el rey del campo paraguayo.
En primer lugar, mencionó el costo de producción. En ese sentido, destacó el excelente suelo del Chaco paraguayo, por lo que no se requiere de grandes inversiones para mantener la capacidad productiva.
El viceministro contó que existen estudios que demuestran que el costo de la producción de algodón en Paraguay es 50 % inferior al que tienen en países como Argentina o Brasil. Esto se debe, principalmente, al alto contenido de fósforo, que evita la proliferación de malezas, e incluso de insectos, sostuvo.
Además, se sumó el factor precio. Es decir, la cotización actual en el mercado internacional es bastante atractiva. “Por un lado tengo un costo de producción mucho más bajo que cualquier otro país, y los mercados internacionales están pagando bien. En el 2018, el valor llegó a superar USD 1 por libra de algodón. Últimamente, la cotización se mantuvo entre USD 0,8 y USD 0,9 por libra”, añadió.
Otra visión
Igualmente, el viceministro señaló que cambió el enfoque en este rubro. Es decir, el resurgir del algodón en el Chaco implicó una producción totalmente mecanizada y fuertes inversiones. Es más, en esta región del país se prevé la instalación de un laboratorio para certificar la calidad de la fibra y generar mejores ingresos para los productores. “Hoy en día la clasificación se hace de manera visual. Una persona con experiencia hace la prueba de resistencia y el largor de la fibra”, contó.
Con respecto a las perspectivas de expansión de la superficie algodonera, dijo que en el Chaco estiman 48.000 hectáreas para este año, y 70.000 hectáreas para el próximo. “Algunos más optimistas hablan de 90.000 hectáreas”, añadió.
Otro factor que destaca es la investigación que comienza a desarrollarse en este sector. Al respecto, subrayó la cantidad de profesionales consultores que trabajan en las fincas algodoneras como asesores. “También hay mucha inversión extranjera en este rubro”.
Inversión en desmotadoras e industrias
En la actualidad, en el Chaco se encuentran instaladas cuatro desmotadoras, que requirió inversiones por valor de USD 30 millones, mencionó Francisco Ruiz Díaz. En tanto, la capacidad de desmote de fibra es de 105 fardos por hora. “Además, se invirtió bastante en sembradoras y cosechadoras”, destacó.
Igualmente, creció la capacidad industrial del país en el sector de hilandería, tejido y confección. En ese sentido, dijo que existen inversiones por valor de USD 190 millones en este segmento industrial. “Toda esta capacidad industrial puede volcarse a comprar el algodón del Chaco, pasando por la hilandería, hacer el tejido y posteriormente la confección. Estamos en condiciones de crecer, tenemos grandes fábricas, principalmente en Alto Paraná, que hoy están importando la fibra”, sostuvo.
Como ejemplo, mencionó la alianza que recientemente concretaron una industria de hilos de Alto Paraná y una desmotadora instalada en el Chaco. “La desmotadora se comprometió a entregar la fibra a la hilandería. Incluso, desde la hilandería adelantaron que tienen condiciones de comprar todo el algodón que se produce en el Chaco y reemplazar la materia prima que están importando”, manifestó.