En su último reporte sobre el mercado y el comercio mundial de carnes, publicado este mes, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) elevó el pronóstico de producción de carne vacuna en el mundo para este año.
En su informe trimestral, el USDA proyecta que la producción mundial de carne vacuna llegue a 59,6 millones de toneladas en el 2023. Es decir, elevó 0,7 % la proyección en relación a los 59,1 millones de toneladas señaladas en el reporte publicado en abril pasado.
Según lo mencionado por el USDA, la sequía provocó una mayor liquidación de ganado en Argentina. Por lo tanto, se elevó 6 % el pronóstico de producción para este país, con respecto a lo proyectado en el informe de abril.
Igualmente, el USDA estima que los mayores ingresos en corrales de engorde y el aumento del sacrificio de vacas impulsen la producción estadounidense. Por ello, la proyección para este país creció 1 % con respecto al reporte pasado.
Desde el organismo también apunta un incremento del 3 % para la producción en Nueva Zelanda, ya actualmente se comercializan terneros machos de razas lecheras para la obtención de carne.
En contrapartida, en el último reporte se reduce 1 % el pronóstico de la producción para la Unión Europea. Al respecto, desde el USDA mencionan como argumentos la disminución de la faena y los animales más livianos como consecuencia de los altos costos de los insumos.
Exportaciones
Con respecto a las exportaciones, el informe proyecta 12,1 millones de toneladas. Es decir, prácticamente sin cambios en relación al pronóstico emitido en abril.
El reporte detalla que las revisiones al alza en los pronósticos de exportaciones para Nueva Zelanda, Australia, Argentina y Brasil equilibran las disminuciones proyectadas para México, el Reino unido y la Unión Europea.
Además, el USDA destaca que la firme demanda de carne vacuna por parte de China sea un atractivo para los envíos desde Brasil y Argentina. Igualmente, señala que Australia se beneficiará del aumento de las compras de Japón y Corea del Sur.
Por último, estima que la sólida demanda estadounidense para el procesamiento impulsará los envíos de Australia y Nueva Zelanda.
