Desde hace unos años que los productores de frutilla de la zona de Areguá logran ampliar el periodo de oferta de esta demandada fruta. Con variedades tempraneras, medias y tardías, ofrecen fresas frescas desde junio hasta diciembre en la actualidad.
Conversamos con Raquel Gómez, productora de frutilla aregüeña y propietaria de Dulces de la Tía Raquel, quien nos contó que este año la cosecha comenzó antes de lo previsto, a pesar de algunos inconvenientes climáticos que tuvieron al principio del ciclo productivo 2023. “Llegamos una semana antes, con relación al año pasado, con las variedades Francesa y Dover”, destacó.
La productora explicó que los productores realizan tres importantes cosechas durante el año, de forma escalonada. Es decir, utilizan variedades tempraneras, medias y tardías. De esta forma, pueden ofertar el producto fresco durante junio, julio, agosto, septiembre, octubre, e incluso hasta noviembre y diciembre.
Además, mencionó que las variedades con las que trabajan en la zona tienen diferentes características. En ese sentido, dijo que la Francesa y Sweet Charlie ofrecen frutos dulces, con buen tamaño, sabor y aroma. Es decir, son ideales para el consumo fresco. En cambio, la Dover es agridulce, perfecta para mermeladas y postres.
“Para este año proyectamos una buena producción y vender a buen precio. Esperamos que la gente venga a Areguá para comprar”, expresó.
Costo de producción
Con respecto al costo de producción, señaló que la frutilla no escapa al incremento que se experimentó en muchos otros sectores en los últimos años. “La gallinaza, que anteriormente comprábamos a G. 5.000, hoy estamos encontrando a G. 15.000; las bolsitas para cargar las macetas, de G. 15.000 subió a G. 20.000; el mulching (cobertura plástica) de G. 350.000 pasó a G. 450.000 y G. 560.000, dependiendo de la marca. Todo tuvo un aumento importante”, señaló.
A todo esto, señaló que el costo de producción de cada tablón de 25 metros es de G. 815.000. Detalló que se cultivan entre 153 y 163 plantines por tablón, que tienen un costo de G. 5.000 cada una. Además, las parcelas requieren un sistema de riego y cuidados para evitar infecciones por hongo. En este sentido, comentó que utilizan productos naturales para el tratamiento que demanda la fruta.
Precios actuales
Los precios también se diferencian de acuerdo a la variedad. La Francesa llega a G. 70.000 por kilo actualmente. En tanto, el valor de la Dover se encuentra entre G. 50.000 y G. 60.000 por kilo. Sin embargo, la productora adelantó que se irá reduciendo, en la medida que aumente la oferta de la fruta en el mercado.
El desafío de incrementar el rendimiento
Por otro lado, Raquel Gómez señaló que uno de los principales desafíos de los productores es incrementar el rendimiento por planta. En ese sentido, los que integran los distintos comités son monitoreados por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
La productora explicó que la variedad utilizada y el lugar en el que se encuentra el cultivo son dos factores que inciden en el rendimiento. No obstante, mencionó que el promedio es de 750 gramos por planta. “En tiempo de pandemia se llegó a 1 kilogramo por planta”, recordó.
Asistencia técnica
Los productores de la zona de Areguá obtienen las semillas madres del Instituto Paraguayo de Tecnología Agraria (IPTA) – Caacupé. Además, Raque Gómez mencionó que reciben capacitación de la Dirección de Comercialización del MAG en temas referentes a la venta de la fruta y en la elaboración de productos derivados.
Continuidad al trabajo del MAG
Uno de los aspectos que preocupa a los productores es el cambio de las autoridades gubernamentales. En ese sentido, la productora pidió que no se altere el sistema de trabajo encarado por los responsables actuales del MAG. Destacó que el apoyo brindado desde la cartera de Agricultura y Ganadería les dio buenos resultados. Como ejemplo, mencionó la introducción de la variedad Francesa, que se adaptó perfectamente al suelo y al clima de la zona.
“Esperamos que el MAG siga con ese trabajo. Sabemos que próximamente habrá cambios y esperamos que no cambie el sistema de trabajo que se viene implementando. Muchas veces, con los cambios también se transforma la línea de trabajo y los productores nos vemos obligados a empezar de cero. Nos decepcionamos, el productor que ya logró un mejoramiento decae”, expresó.