Durante los últimos meses del 2022 se observó una situación atípica en la exportación de carne vacuna, con una marcada caída en los precios, tanto del promedio pagado por el producto como el recibido por el productor.
La pausa de las importaciones de carne vacuna por parte de China generó un escenario global de menor demanda y merma en la cotización del producto. “Fue una situación bastante atípica, ya que, entre octubre y diciembre, por lo general, son meses de mayor demanda y subida de predio, tanto para los ganaderos, como para los confinadores. El año pasado fue totalmente al revés”, señaló Randy Ross Wiebe, presidente de la Cámara Paraguaya de Carnes (CPC), en conversación con Diario Campo.
Con respecto a las perspectivas para este año, señaló que dependerá del comportamiento del gigante asiático. Es decir, si China reactiva sus compras a volúmenes y precios habituales, el mercado se podrá descomprimir de manera considerable y se podría presentar un año interesante. “Mucho depende de eso”, aseguró.
En relación a la oferta de carne vacuna paraguaya, manifestó que se podrá mantener, con suerte. Al respecto, recordó que el hato ganadero no creció, e inclusive disminuyó. “Esto se podrá confirmar tras el periodo de vacunación. Sin embargo, es evidente que no subió; por lo tanto, no vamos a tener mayor oferta que el año pasado”, aseguró.
Paraguay no creció al ritmo de competidores
Por otra parte, el presidente de la cámara mencionó que la exclusión de Paraguay del ranking de los diez principales exportadores de carne vacuna del mundo no se debe, exclusivamente, a un mal trabajo a nivel país, sino también al incremento de las exportaciones de otras naciones productoras. “Nosotros también crecimos, pero no al mismo ritmo, debido a que nuestro hato ganadero se conservó en los últimos años, e inclusive bajó ligeramente”, agregó.
La disminución del hato ganadero, principalmente, se percibe en el Chaco. Al respecto, Ross mencionó que en algunas zonas de la región Occidental la situación la situación generada por la sequía es alarmante. “La gente se está quedando si agua y pasto, por lo que disminuye el ganado, e incluso se elimina la producción en algunos establecimientos”, agregó.
