El sector de la producción apícola se encuentra en temporada de cosecha y de tareas de manejo de colmenares. Por ello, es importante seguir ciertas recomendaciones para afrontar las altas temperaturas que se registran en todo el país.
Entre las principales recomendaciones, el Lic. Carlos Escobar, responsable del departamento de apicultura del Viceministerio de Ganadería, en conversación con Diario Campo, recomendó elegir los horarios de mayor flujo de néctar para realizar el trabajo de la revisión de colmenas.
Al respecto, mencionó que la secreción de néctar se produce solamente cuando la temperatura está por debajo de los 35 °C. “Esto quiere decir que se tiene horario de revisión de néctar a la mañana temprano, hasta antes de las 10:00 horas; y, luego, a la tardecita, desde las 18:00 horas, aproximadamente”.
Se recomienda realizar la revisión de las colmenas en estos horarios, porque las abejas, que son agresivas, salen al campo y no se encuentran en la colmena en el momento que el apicultor se acerca, explicó.
“Cuando regresan a su colmena, llegan satisfechas de néctar y polen. En estas circunstancias, la defensividad de la abeja está muy reducida porque hay buen flujo de néctar a la mañana temprano y a la tardecita. Si la revisión se realiza en horas de la siesta, entre las 14:00 horas y 15:00 horas, cuando la temperatura supera los 35 °C y llega incluso a los 45 °C, por lo que no hay néctar y pueden tener un comportamiento agresivo”, agregó.
Equipos de protección
Por otra parte, Escobar recomendó el uso de equipos de protección adecuados, ahumador, suficiente viruta de buena calidad y un ayudante. Resaltó la importancia de una buena hidratación, para evitar el golpe de calor. Igualmente, es fundamental la instalación adecuada del colmenar, que debe contar con media sombra, señaló.
Actualmente, el sector apícola está en plena temporada productiva, donde las abejas disponen del flujo más grande de néctar y polen. Normalmente, es un periodo de abundancia y no se requiere suministro. Para el caso de una colmena recién trasegada o agarrada, se requiere una ayuda, con alimentación complementaria.
Manejo del colmenar
En esta temporada, el manejo del colmenar está orientado a la cosecha y al agregado de alzas para la obtención de la miel. En algunos casos, se aprovecha que todavía quedan entre 60 a 90 días productivos, antes de la entrada a temporada invernal, y se realiza división de colmenas con el objetivo de crecer.
“Hay apicultores que ya cosecharon y que dejan de lado una cosecha, para tener más cajas. Para no perder la producción, se mantiene el número de colmenas y se espera la cosecha que viene cerca de febrero y marzo. Si se decide perder la producción de miel de la última cosecha para crecer, se dividen las cajas para aumentar el número de colmenas”, explicó.
Cazador de miel
En la oportunidad, el especialista alertó sobre una práctica común en esta época que puede terminar en tragedia. Señaló que hay personas que, sin tener conocimientos ni equipos de protección, van con el objetivo de sacar la miel de un nido silvestre.
“Es la famosa salida con un balde, sin equipos y con una pequeña fogata. Es el famoso cazador de miel que no tiene conocimiento sobre el rubro y lo que muchas veces hace es arriesgar su vida, además de causar destrucción e incendios”, dijo.
Ataque de avispas y abejas
En los últimos días ocurrieron algunos casos de ataques. Al respecto, el Lic. Carlos Escobar, manifestó que muchas veces se confunde porque se difunden imágenes erróneas sobre estos casos. “Por ejemplo, cuando la agresión fue de avispa se publicaban imágenes de abejas”, dijo.
En el caso de la abeja, explicó que su fuente protéica es el polen. El motivo del ataque es la protección de su colonia y su toxina tiene una acción sobre el sistema respiratorio, es utilizada para disuadir el ataque a su reserva de alimentos (la miel).
“La apitoxina destruye los glóbulos rojos, que son los que transmiten oxígeno a la sangre. Cada vez que una persona recibe una picadura tiene menor capacidad de transporte de oxígeno, lo que generalmente provoca que se retire del lugar cansado. Si la picadura es excesiva, puede generar un shock anafiláctico y la muerte. Teniendo en cuenta que hay diferentes niveles de sensibilidad, en algunos casos no son necesarias muchas picaduras para causar la muerte. Por ejemplo, para una persona alérgica una sola picadura puede ser fatal”, detalló.
Por otro lado, explicó que la fuente protéica de las avispas son insectos y arácnidos, por lo que su toxina es neurotóxica.
“Es muy sencillo saber si el ataque fue de una avispa o de una abeja, porque la abeja deja su aguijón por el atacado y la avispa no”, aclaró.
Escobar manifestó que los factores ambientales pueden despertar la agresividad de estos insectos. Principalmente los factores físicos, como las altas temperaturas, ruidos, vibraciones, olores que pueden ser por la aplicación de algún tipo de defensivos agrícolas o para salud pública.
En el caso de ataque de abejas o avispas, manifestó que la recomendación es evitar acercarse a los nidos silvestres. Si se producen picaduras, acudir a un centro asistencial para el tratamiento. Como son insectos que se introducen a las ciudades y se instalan en algún hueco de las casas, en busca de un hábitat, el rescate es responsabilidad de los bomberos. Fuera de las zonas urbanas ya es competencia de un apicultor.
“La cría racional no tiene nada que ver con la presencia de abejas, principalmente en las ciudades. No tiene relación con la apicultura, sino que es una invasión que hacen las abejas o avispas y el rescate es responsabilidad de los bomberos. La fina lluvia, que se genera con la manguera de los carros hidrantes, cae sobre las alas de estos insectos voladores y ya no pueden seguir atacando. Es muy importante la labor de los bomberos para la contención de estos ataques en las ciudades”, aclaró.