Summit Agro Paraguay y Sumitomo Chemical Brasil organizaron una serie de conferencias técnicas. El tema desarrollado fue “problemática del complejo de enfermedades del cultivo de soja y estrategias para un control exitoso”. La doctora Mõnica Paula Debortoli, especialista en fitopatología, fue la principal exponente.
Las charlas se realizaron entre el 16 al 18 de noviembre, durante una gira que abarcó San Alberto y Santa Rita (Alto Paraná), y en Katueté (Canindeyú).
En primer lugar, la especialista destacó los pronósticos del clima, con lluvias por debajo del promedio normal para diciembre y enero. En cambio, señaló que estas condiciones se invertirían hacia el final de la zafra.
De esta forma, al final del ciclo se combinaría con la presencia de enfermedades, favorecida por las lluvias. “Es necesario prepararse para este escenario que se espera para fines de enero y febrero. Hay que tener en cuenta que en ese momento también hay altas temperaturas que, al ser combinada con agua, genera las condiciones propicias para las enfermedades. Es momento de estar alertas ante la posibilidad de dispersión de roya y se requiere adelantar la toma de decisiones”, dijo.
La roya no es la única amenaza
Las principales enfermedades que impactan en los cultivos de soja son antracnosis, oidio, septoria y cercospora, que tienen un comportamiento agresivo en el final de ciclo. También la mancha anillada y roya. La especialista manifestó que estos problemas tienen alto potencial de difusión cuando hay lluvias. “Este escenario exige que el productor, no solo se preocupe por la roya, porque hay un complejo de enfermedades que atender”, recomendó.
En cuanto a la roya, comentó que en los últimos años se registró un aumento de la presencia de la enfermedad en cultivos de soja de la región. Durante la charla, destacó la importancia de identificar el momento en que se debe aplicar el fungicida, que es cuando el producto logra proteger a la planta para tener la mayor productividad.
“Es importante entender que es fundamental realizar dos aplicaciones de fungicidas con carboxamida dentro del programa de aplicación. Esto permite la construcción de sanidad para lograr altas productividades mediante el conocimiento del funcionamiento de la planta”, expresó.
Posicionamiento del fungicida
La especialista mostró a los productores resultados de ensayos de aplicación de fungicidas en diversos cultivos de soja de diferentes variedades y ciclos.
Afirmó que el éxito de un programa de aplicación depende del posicionamiento del fungicida sistémico en el momento en que la planta tiene las condiciones ideales de absorción. Recomendó un intervalo no mayor a 18 días entre aplicaciones. Así también, la utilización de la dosis y el adyuvante recomendado por el fabricante. Además, la asociación de multisitios para el manejo de todo el complejo de enfermedades.
Para que la planta pueda expresar su potencial productivo, es necesario establecer un programa de aplicación de fungicida enfocado al control del complejo de enfermedades, manifestó la fitopatóloga. Las dos primeras aplicaciones tienen que realizarse antes del cierre de la entrelinea. “Estas son las aplicaciones más importantes del programa de fungicida”, destacó.
Por otra parte, dijo que la adopción de multisitios y la rotación de ingredientes activos en el programa de fungicidas resulta en una mayor eficacia de control y seguridad del programa.
Señaló que, con baja disponibilidad hídrica, la epidemia ocurre y el fungicida contribuye para el mantenimiento de la conservación de las hojas. Recordó, además, que el fungicida depende de la planta para funcionar.