Paisajes Multifuncionales es un programa que consiste en destinar áreas no cultivadas de establecimientos agropecuarios para el crecimiento de vegetación nativa o naturalizada. El programa es impulsado por Syngenta en Argentina, Chile y Uruguay. Actualmente, el proyecto también es promovido en Paraguay.
Para el desarrollo de la investigación sobre los beneficios en la producción local, Syngenta firmó un convenio con la Facultad de Ciencias Agrarias, de la Universidad Católica (UC). La doctora Ana Benítez, docente e investigadora de la casa de estudios, está a cargo de la investigación.
La especialista afirmó que los trabajos del Programa Paisajes Multifuncionales representan una nueva línea de investigación para la universidad. Estos refugios promueven biodiversidad, que no solo sirven para generar alimentos, sino también hábitat y reproducción, explicó durante su presentación.
Este es el primer año de desarrollo del plan piloto. Actualmente, cuentan con tres refugios a nivel país. “Estamos trabajando en cultivo de soja, en Agropecuaria Bussanello, Alto Paraná; y en Semillas Pires, en Corpus Christi, Canindeyú. También contamos con refugio en cultivo de maní, en Villa Franca, Pastoreo, Caaguazú”, señaló.
En la primera etapa de investigación se buscan evaluar la eficiencia de los parches o refugios instalados y la creación inicial de las franjas florales. “Queremos ver si están llegando los insectos polinizadores y benéficos, qué aportan y cómo podemos asociar, además de generar datos locales”, dijo.
Etapas del trabajo
El primer paso fue delimitar la zona para instalar las franjas florales. Luego, se establecieron cultivos de cobertura, como el trigo sarraceno, que da una rápida y masiva floración y atrae a los insectos benéficos. También se pueden insertar el lupino, nabo forrajero, canola y otras especies nativas en los paisajes agrícolas.
Ana Benítez comentó que realizan recorridos por los cultivos, en las franjas florales, para la evaluación e identificación de los insectos con diferentes tipos de metodología. Entre ellas, el recorrido y la observación. “Estamos observado que llegan a los refugios algunos insectos, como por ejemplo las abejas y avispas en un 32 %, Lepidopteras 28 %, moscas 20 %, las mariquitas un 15 % y el 5 % son Crisópidos”.
Resaltó que los primeros datos indican que existe una diversidad interesante de polinizadores e insectos benéficos. Adelantó que en la fase dos del plan piloto prevén replicar los trabajos, hacer ensayos en las parcelas y analizar si existe un aumento en la producción mediante la promoción de la biodiversidad de las franjas florales. También se instalará jaulas en las parcelas con mallas antiáfidas, para una cobertura total. Una vez que se inicie la floración, se realizará un acompañamiento hasta la cosecha para medir el trabajo.
“Estamos muy contentos con el inicio de este plan piloto. Esperamos tenemos muchos resultados para compartirlos, no solo en la academia sino también con el productor, para que tengan una guía accesible, de fácil manejo y que pueda implementar. También esperamos que los alumnos se entusiasmen y puedan hacer trabajos de grado”, concluyó.
