Para este año se espera que las variedades de soja de Sojapar cubran 70.000 hectáreas en Bolivia, lo que representa el 5 % de la superficie que se destina al cultivo de la oleaginosa en el vecino país.
Una comitiva del Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio) viajó la semana pasada a Bolivia con el objetivo de hacer el seguimiento de los ensayos que se realizan en el vecino país con líneas avanzadas de Sojapar. Estas fueron entregadas a la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), en el marco de un convenio de cooperación mutua, explicó a Diario Campo la Ing. Agr. Estela Ojeda, gerente el Inbio.
Recordó que el Inbio y el Instituto Paraguayo de Tecnología Agraria (Ipta) dieron la licencia a la Anapo sobre las variades Sojapar que se producen y comercializan en el Bolivia en la actualidad.
Durante el recorrido, la comitiva visitó la planta semillera de la Anapo, donde se observó cómo preparan la presente campaña sojera. “Tienen bolsas de semillas para cubrir 50.000 hectáreas. Ellos creen que este año, el área cubierta por las variedades Sojapar serían 70.000 hectáreas, siendo el 5 % de la producción de soja”, señaló.
La ingeniera recordó que, en el 2018, el Inbio firmó un convenio con la Anapo; y dentro de esa alianza se desarrolla un trabajo conjunto. Primeramente, fueron introducidas las variedades Sojapar R24 y Sojapar R19; y luego, Sojapar R75.
La primera variedad en registrarse en Bolivia fue la Sojapar R24, que actualmente es la más conocida por los productores agrícolas bolivianos. Más tarde, se hizo lo mismo con la Sojapar R75; y este año, la Sojapar R19. “Ahora están evaluando la Sojapar R49, que próximamente será lanzada”, agregó.
Además de las unidades de ensayos, la comitiva participó con un estand en la Expo Vidas 2022, en Santa Cruz, Bolivia. En la ocasión presentaron las variedades Sojapar R24, Sojapar R19 y Sojapar R75.
Características destacadas
La variedad de mejor comportamiento en suelo boliviano es la Sojapar R24, que también fue la primera lanzada en este país, señaló la gerente del Inbio. Al respecto, mencionó que los productores valoran este material para la siembra en la zona este de Bolivia, que es donde mayor superficie se destina a la oleaginosa para la siembra de verano. “Es una variedad muy sana, y tiene bastante tolerancia al estrés hídrico”, destacó.
En la actualidad, los trabajos están direccionados en la introducción de las variedades Sojapar R19 y Sojapar R75. Esta última es ciclo más largo, y es una alternativa que se puede utilizar en invierno. “Es una variedad que vimos ahora, en campo, y pudimos apreciar su buen comportamiento en zonas de suelos húmedos y pesados”, señaló.
La sanidad, el alto potencial de rendimiento, la menor sensibilidad al fotoperiodo y la precocidad, son algunas de las particularidades valoradas por los productores bolivianos, comentó la ingeniera. Además, destacan la adaptación a suelos livianos y pesados.
Semillas
Todos los años, el Inbio envía semillas para los ensayos en Bolivia. Con respecto a las semillas comerciales, la Estela Ojeda recordó que durante el 2020 se exportó 5.000 bolsas de Sojapar R24 y unas 300 bolsas de Sojapar R19.
Con respecto a los envíos de semillas, señaló que es un factor que deben resolver, ya que el costo logístico genera una apreciación importante en el producto final. Además, la producción que tiene la Anapo no es suficiente para atender toda la demanda en Bolivia. “Por ello, la Anapo autorizó la producción a dos productores de semillas, para ir aumentando la disponibilidad de semillas de las variedades Sojapar”, mencionó.
Justamente, durante la visita al vecino país, representantes del Inbio se reunieron con técnicos bolivianos para analizar mecanismos y preparar el envío de semillas a Bolivia. “Para nosotros, lo importante es que nuestras variedades estén en Bolivia y que se multipliquen en ese país. Si tenemos la posibilidad de exportar, lo estaremos haciendo”, explicó.
Importante logro para el Inbio
La gerente del Inbio destacó los trabajos que desarrollan con Bolivia, y mencionó que están en la búsqueda de establecer un modelo similar en Brasil y Uruguay. “Es muy importante para el Inbio, y es muy satisfactorio poder ver que la tecnología que estamos desarrollando es aceptada en otros países”, subrayó.
Igualmente, manifestó que la exportación de variedades es un logro para el país, ya que demuestra que Paraguay puede proveer tecnologías para la producción agrícola de la región.
Por otra parte, recordó que Sojapar compite en el mercado paraguayo con grandes empresas que desarrollan variedades genéticas de soja. “Estamos lado a lado con las grandes desarrolladoras de soja”, expresó.