El simposio “Nuevo Horizonte para el Estatus Sanitario del País”, organizado por la Asociación Rural del Paraguay (ARP), dejó varios puntos que deben ser analizados y debatidos antes abandonar el sistema de vacunación contra la fiebre aftosa.
El doctor Mario Balmelli, presidente de la Comisión de Carne de la ARP, se refirió al riesgo que supone colgar las jeringas; no solo para el sector pecuario, sino para toda la economía del país. Mencionó que el sector agropecuario tiene un gran impacto en la generación de empleos, especialmente el ganadero. “Es la base de la economía del país. Unas 700.000 personas trabajan para el sector agropecuario”, dijo.
Señaló, además, que la ganadería local trata de ser sustentable. Es decir, amigable con el medioambiente, socialmente inclusivo y económicamente rentable. “Si llegamos a tener algún accidente sanitario, vamos a estar en una situación realmente crítica”, expresó.
Endeudamiento del sector
Por otra parte, Balmelli recordó que la exportación de carne bovina paraguaya representaba USD 50.000.000 en el 2003, mientras que el año pasado los envíos generaron el ingreso de USD 2.000.000.000. No obstante, el endeudamiento del sector creció al mismo ritmo, y hoy ronda los USD 2.000.000.000. “Nuestro sector no esta preparado para una crisis sanitaria”, manifestó.
El factor sanitario es fundamental en el país, ya que se exporta el 70 % de la producción de carne bovina. Por lo tanto, dejar de vacunar es un punto que se debe analizar desde la óptica del desarrollo socio-económico, sostuvo.
Vacunar, el sistema más seguro
El ingeniero Dardo Chiesa, representante de Confederaciones Rurales Argentina (CRA) se posicionó por continuar con la vacunación, ya que considera que es el sistema que ofrece garantías. “Hay que tener un sistema contundente, seguir vacunando y seguir consolidando este sistema, que para mí es el más seguro y que garantiza la continuidad y el aumento de los mercados para nuestros países”, señaló.