Sonia Tomassone, asesora de comercio exterior de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), participó en panel “Sistemas agroalimentarios sostenibles. Perspectiva del Mercosur”. Este encuentro fue organizado por el Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE), el pasado 7 de julio.
En la ocasión, señaló varias de las preocupaciones del sector productivo del país en la actualidad, como la proliferación de acuerdos ambientales. Sobre este punto, la asesora de Capeco sostuvo que buscan limitar el hato ganadero y el cambio del uso de la tierra. También quieren reducir el uso de defensivos agrícolas e impedir la incorporación de biotecnología y la edición genética. Por otra parte, apuntan a regulaciones sobre el uso del agua, el aire y los espacios verdes.
Escazú
Como ejemplo, mencionó el Acuerdo Escazú. Básicamente, este permite a cualquier ciudadano que esté en contra del sistema productivo o el cambio en el uso de la tierra a demandar a los países ante la Corte Suprema de Derechos Humanos. Es decir, representa la pérdida de soberanía sobre qué y cómo producir; y, sobre todo, en darle participación al sector privado.
En Paraguay existen varios espacios de participación público-privado. “Sin embargo, varios acuerdos internacionales quieren forzarnos a medidas unilaterales y supranacionales que vayan por encima de las decisiones nacionales”, expresó
Nuevas definiciones
Igualmente, las nuevas definiciones y la poca claridad sobre ciertos conceptos es un factor que inquieta al sector. Al respecto, Tomassone dijo que estás no respetan las realidades, ni los sistemas de producción sustentables. Además, plantean que el único sistema ambiental viable es la producción orgánica. “Vemos con preocupación la falta de definiciones claras, sobre qué es producción sustentable, qué es agroecología, qué es bioeconomía”, expresó y señaló que es un punto en el que el Mercosur tendrá que trabajar con más fuerza.
Sobre este tema, señaló que muchas definiciones actuales se prestan a diversas interpretaciones. Es más, y lo realmente preocupante, estos conceptos son utilizados en los acuerdos ambientales. “Es imperioso que el Mercosur, como bloque, pueda hacer propuestas específicas sobre qué se entiende de los nuevos términos que están siendo utilizados en todos los acuerdos, no solo ambientales, sino también en acuerdos bilaterales y multilaterales”.
Certificaciones
También mencionó algunos aspectos que limitan al comercio y representan más costos. En la actualidad, para poder vender a Europa, un productor necesita de certificaciones. Si bien muchas son voluntarias, en la práctica se convierten en obligatorias, señaló. “De ninguna manera compensa los costos de acceder a esa certificación”.
Acciones a nivel Mercosur
Si bien valoró las iniciativas de los ministerios de agricultura de los países integrantes, por el trabajo realizado ante la Cumbre de Cambio Climático, señaló la falta de acciones conjuntas de defensa ante las acusaciones. “Los países del Mercosur nos estamos defendiendo individualmente. Sin embargo, tenemos visiones y sistemas productivos que son comunes. Entonces, tenemos que pasar de la defensiva a la ofensiva”, señaló.
El Mercosur debe empezar a proponer definiciones sobre lo que se entiende por sustentabilidad y lanzar declaraciones conjuntas. Es decir, establecer una posición fuerte como bloque, con propuestas específicas. “Necesitamos coordinar acciones, y quizás tener un ámbito dentro del Mercosur para tratar todos los temas ambientales”.
Captura de carbono
Por otra parte, Tomassone mencionó que en los países del Mercosur existe la producción sustentable, pero no se sabe probar. En ese sentido, señaló la necesidad de registrar la captura de carbono y de un sistema regional para presentar al mundo. “Mercosur tiene suficiente información y técnicos especializados para formar un comité de expertos que pueda incidir en la forma de medición del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPPC, por sus silgas en inglés)”.
Limitaciones al desarrollo del Chaco
La asesora de Capeco también habló sobre las ideas que buscan limitar el desarrollo del Chaco paraguayo. Recordó que esta región es el 60 % de la superficie del país, pero que solo contribuye al 8 % en el Producto Interno Bruto (PIB). Por lo tanto, necesita desarrollarse y representa una oportunidad única de crecimiento y de reducción de pobreza. “Sin embargo, existen sectores, internos y foráneos, que quieren limitar cualquier cambio en el uso de la tierra en esta zona”, sostuvo.
Una de las grandes oportunidades para esta zona del país es la construcción de la Ruta Bioceánica, que agilizará el comercio y permitirá que lo producido en la Región Occidental llegué más rápido a los mercados. “Es fundamental para Paraguay seguir desarrollando el Chaco”, enfatizó.