La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) organizó un seminario en línea el pasado 9 de junio. El objetivo del encuentro fue compartir métodos y prácticas para enfrentar la escasez de fertilizantes, producto de la guerra en Ucrania.
Los precios de fertilizantes se mantienen elevados. Incluso, ya han superado el nivel récord alcanzado durante la crisis del 2008. Igualmente, existen serios problemas de disponibilidad de stock a nivel mundial. Esta situación afecta a prácticamente todos los países de América Latina y el Caribe; en especial, a los que tenían alta dependencia de las importaciones de Ucrania, Bielorrusia y de la Federación Rusa. Es por ello, que la FAO organizó un seminario, con el objetivo de buscar respuestas para afrontar este escenario.
Durante el webinario, expertos y autoridades de Brasil, Chile, Perú y de países del Caribe dieron a conocer sus experiencias en el uso de biofertilizantes, compost, técnicas como la rotación de cultivos y el uso de leguminosas. Es decir, prácticas que permiten sustituir o complementar a los fertilizantes químicos.
Julio Berdegué, representante de la FAO para América Latina y el Caribe, señaló la necesidad de innovar para enfrentar la escasez y el alto precio de los fertilizantes sintéticos. Igualmente, afirmó que la diversificación de fuentes de nutrientes es una estrategia para una agricultura más resiliente. “El uso de biofertilizantes puede contribuir a que la agricultura sea más sostenible”, añadió.
Recomendaciones
Con respecto a las recomendaciones, desde la FAO indican medidas de corto plazo para sortear este periodo de escasez y de precios elevados. Entre estas, señalan que es necesario priorizar el uso de fertilizantes para fines agropecuarios y mejorar su eficiencia; mantener abierto el comercio internacional de estos insumos; monitorear las existencias, volúmenes de importación y precios; y compartir dicha información a través de plataformas transparentes.
Experiencias de Embrapa
La Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) compartió experiencias en la fijación biológica del nitrógeno con bacterias. Esta práctica permitió un ahorro anual de US$ 14 mil millones a Brasil en el cultivo de soja, por la sustitución completa de fertilizantes químicos nitrogenados, sin disminuir la productividad.
Rotación de cultivos
La rotación de cultivos con leguminosas fue otra experiencia compartida en el webinario. En la ocasión, recordaron que estas plantas fijan entre 72 y 350 kg de nitrógeno por hectárea al año. Es más, dependiendo de la especie y del clima, pueden mejorar la disponibilidad de fósforo en el suelo; y de esa forma, reducir la dependencia de fertilizantes sintéticos. “Las legumbres fijan más carbono que los cultivos de cereales como el maíz o el trigo; lo cual ayuda a combatir el calentamiento global”, explicó Teodardo Calles, oficial de Agricultura y experto en Leguminosas de la FAO.
